El tercer Grand Slam del año contó con 515, 164 personas que se dieron cita en la catedral del tenis mundial, una cifra por encima del récord anterior de 511,043 registradas en 2009.
El aumento en la asistencia se debió en gran medida a que el evento se extendió a una duración de 14 días, con un día adicional de juego en el segundo domingo.
Si bien el torneo de Grand Slam sobre césped atrajo la mayor cantidad de visitantes en los 145 años de historia del evento, la cantidad de ventas de entradas fue menor a la esperada.
La directora ejecutiva del evento, Sally Bolton, dijo que si bien la demanda de boletos en primera fila fue más alta que nunca, los tickets generales fueron menos solicitados que en años anteriores.
A raíz de esto, la organización de Wimbledon mencionó que hay planes en marcha para acelerar la colaboración entre los cuatro eventos de Grand Slams, con el objetivo de aumentar el éxito y el atractivo del deporte.
